Capítulos XVII, XVIII, XIX
FUNDAMENTOS DE LA LIBERTAD
FRIEDRICH HAYEK
Elaborado por: Carlos Rafael Martínez Ríos
Quetzaltenango, 21 de abril de 2017
Estos capítulos hacen un análisis
del ocaso del socialismo y la aparición del estado providencia como le ha
denominado Hayek.
En efecto, el socialismo es un
tipo de Estado que si bien no ha desaparecido por completo, hoy por hoy, es un
tipo de gobierno que goza de las mieles del capitalismo pero con diferente
nombre.
En el principio el fin de la
nacionalización de los medios de producción, distribución y cambio, no produjo
los resultados esperados, pues es lógico que quien trabajaba con medios de
producción que le son comunes no lo hará con el mismo ahínco que quien pretende
obtener una ganancia de los mismos. Basta con ver el ejemplo de los servicios
de prestación de salud, mientras que en el Estado se concretan los médicos a
realizar una superficial labor sabedores de su sueldo mensual, en lo privado se
esfuerzan por brindar un adecuado servicio pues la persona atendida vale más
que mil tarjetas de presentación.
Por otra parte, la motivación del
empresario es brindar un buen servicio y obtener ganancias de ello, si pasa de
ser dueño a administrador es lógico que no lo hará de la misma y mejor forma.
El ejemplo tomado de la antigua
Unión Soviética, deja claro el camino que ha tomado el socialismo y la
decadencia del mismo, por una parte la producción de los bienes con miras a la
justicia social no se dio, creando al mismo tiempo una escala jerárquica en la
que el monarca fue y ha sido sustituido por otra figura despótica que actúa en
base a la mal llamada revolución del pueblo, y en el mismo sentido lejos de
promover la libertad de las personas tanto en el sistema soviético como en el actual
los muros no han sido precisamente intelectuales, un sistema que promulgue solo
las libertades a favor del despotismo no puede prevalecer de ninguna forma.
Esto sin duda, ha provocado que
los intelectuales y defensores del socialismo hayan moderado su discurso y
hayan dado paso a la figura del estado proveedor. Es en esta parte en la que me
alejo un tanto de las ideas de Hayek, pues debe darse un mínimo de servicios
por parte del Estado, y proveer los mecanismos básicos para el desarrollo de la
sociedad. Cuestión que tomaré más adelante.
El mismo Hayek manifiesta que nunca
a un Estado ha reducido su actuación a un mínimo individualista, esto porque la
suma de las acciones humanas van encaminadas a la satisfacción de la sociedad
como tal.
No se puede concebir un Estado
que carezca de políticas y programas mínimos para la atención de los menos afortunados.
Precisamente porque el empresario no ve productividad y ganancias en estos
campos. Al igual que en la educación y salud, que aunque se prestan mal, peor
sería que no existieran, dicho sea de
paso, la educación privada tampoco ha demostrado que sea la mejor, prueba de
esto es que las universidades privadas no ocupan los mejores lugares a nivel
mundial, por lo menos las guatemaltecas.
Con esto no se pretende de i
parte defender el Estado Providencia, pero tampoco creo que un Estado
minimalista pueda funcionar, por lo menos las teorías son interesantes en el
papel, pero en la práctica no creo que exista un solo Estado en el que sus
ciudadanos por más empoderados con la libertad de comercio y otro tipo de
libertades, permitan que el Estado sea un simple administrador.
La idea de un Estado paternalista
en que se pretenda distribuir los ingresos de la comunidad a personas que solo
tiendan la mano es una idea fracasada, tal y como pasa con los llamados
programas sociales del gobierno; sin embargo no considero que sea paternalismo
el brindar servicios de salud, educación y seguridad, de lo contrario caeríamos
en una ficción de Estado en la que la empresa privada sería el gobierno. Por
más que se quiera coincidir con las ideas de Hayek en este aspecto es difícil
sobre todo pensar en una sociedad que funcione así.
En cuanto a lo sostenido por
Hayek en relación a los sindicatos y la coacción sindical y salarios en efecto
coincido que por lo menos como se manejan la mayoría de sindicatos en la
actualidad su poder se vuelve tal que sobre todo los sindicatos públicos
prácticamente tienen de rodillas al Estado, sino veamos el ejemplo del
aberrante pacto realizado por el sindicato mayoritario del congreso de la
república.
En relación a la previsión social
es más que obvio que en la actualidad el sistema ha fracasado precisamente por
el afán del Estado de querer controlar todas las actividades posibles, el Instituto
de Seguridad Social es un fracaso en servicio y en prestaciones, si se
privatizara aunque algunos se romperían las vestiduras con el recuerdo de la
revolución del 44 creo que sería mejor, dar la opción al trabajador a optar por
un seguro privado y un fondo de retiro igual es mejor que un caduco sistema en
el que muchos jubilados aún hoy devengan pensiones de 500 o 600 quetzales.
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